Eurostat publicó el estudio sobre la edad de emancipación en el continente correspondiente al año pasado y podemos ver las grandes diferencias entre los países nórdicos y los del sur de Europa. De media, los suecos se van de la casa familiar a los 18 años, los franceses a los 23 y los españoles a los 29 años. En un post anterior, hablamos de la relación existente entre los jóvenes y el alquiler
Las diferencias entre los países del norte y los del sur se mantienen estables desde que hay registros, motivadas claramente por los modelos culturales de familia y comunidad. Pero una emancipación tan temprana como la sueca precisa, además, de políticas públicas de apoyo y estímulo a los itinerarios vitales de los jóvenes, desde la educación a la formación complementaria, el trabajo o la vivienda. No es posible un proyecto vital sin un techo, es el primer escalón para la autonomía de una vida adulta. Los países nórdicos son el caso extremo, pero es que España está tres puntos por debajo de la media europea. Y más allá de los brazos amorosos de la familia mediterránea, está el dato incuestionable de que la edad de emancipación residencial de nuestros jóvenes se ha ido retrasando, año a año,
Entre los motivos principales que nos podemos encontrar en el caso de España:
La actual crisis está acentuando la exclusión laboral de la población joven.
• El desempleo juvenil de España (>55%) es el segundo más alto dentro de los países de la OCDE, después de Grecia (>59%). En términos absolutos afecta a más de 1.841.180 personas menores de 30 años (2013, 1er tr.), de los cuales 1.552.500 no cobran ninguna prestación (84,3%).
• El desempleo de larga duración afecta a más de la mitad de los y las jóvenes en paro. El 50,3% de la población desempleada lleva un año o más buscando empleo sin éxito.
Podemos decir que el gobierno está tomando medidas como las ayudas al alquiler, para menores de 35 años, o bien las garantías en los contratos de arrendamientos como el seguro de impago de alquiler, el objetivo fundamental de este tipo de seguros es que el arrendador no tenga que preocuparse por nada cuando decide poner su vivienda en alquiler.