El alquiler es una forma de vivienda cada vez más frecuente para todas las clases sociales. La utilizan mucho los estudiantes, pero también las parejas jóvenes, así como los trabajadores que se mudan a otras ciudades.
Alquilar una vivienda es una forma de tener un hogar, pero sin las cargas y obligaciones que implica una hipoteca o una compra. No obstante, para hacer las cosas bien hay que seguir las pautas de un modelo de contrato de alquiler. También deberás tener claro todos los documentos que debes aportar. Aquí te vamos a mostrar todo lo que necesitas para poner en alquiler una vivienda, o para optar a una si vas a ser inquilino.
Por lo que respecta al arrendador deberá ofrecer una vivienda que cumpla con todas las garantías y exigencias de la legislación vigente. De este modo, es esencial que aporte la cédula de habitabilidad. Esta tiene una validez de entre 10 y 25 años, según cuando se haya firmado, y garantiza que el inmueble cumpla con la normativa en aspectos tan importantes como la iluminación y la ventilación. También que incorpore el equipamiento mínimo: baño, cocina, dormitorio y salón/comedor, así como que la instalación eléctrica, gas o agua estén en condiciones óptimas. Este documento lo emiten los ayuntamientos o las comunidades autónomas.
El arrendador también deberá aportar el original del título de propiedad. A veces, damos por hecho que la persona que anuncia la casa y que nos enseña sus características es la dueña de la misma. Pero puede suceder que no sea así, y que la esté subarrendando y cometiendo un delito, o que se la haya usurpado a alguien ausente.
Otro documento importante es el Original del recibo de contribución urbana (IBI). Con esto, nos aseguraremos de que la vivienda no tiene cargas pendientes con la administración, lo que podría ser un perjuicio para los arrendatarios en el futuro. También es conveniente no olvidar solicitar el original del certificado del administrador de la comunidad, con el cual garantizamos que el inmueble está al día en todos los pagos comunitarios.
En el momento de firmar el contrato de alquiler ambas partes han de aportar el original de su documento nacional de identidad. Lo más habitual es que el inquilino pase a ser titular de servicios básicos como la luz, el agua o el gas, para lo cual se necesitará que el arrendador aporte las últimas facturas. De esta manera, también comprobaremos que todas están al día en los pagos.
Por otra parte, el arrendatario deberá aportar una fianza para cubrir situaciones como impagos o desperfectos cuando llegue el momento de abandonar la vivienda. Esta suele ser de un mes, aunque se puede pactar alguna de mayor duración. También suele ser habitual que el arrendador necesite algún contrato de trabajo, o un aval bancario que certifique la solvencia económica de su futuro inquilino.
Si todos estos documentos están en regla y si ambas partes están de acuerdo, no deberías tener problemas para firmar el modelo de contrato de alquiler.