La escalada de la inflación, la crisis energética, la precariedad laboral y la especulación inmobiliaria forman el cóctel perfecto que convierte a la emancipación de los jóvenes españoles en una misión casi imposible. A este contexto tan desfavorable se suma un nuevo obstáculo: la estafa del ‘alquiler fantasma‘, que se ha popularizado en los últimos meses en España.
Durante los últimos, tiempos nos encontramos con frases «No es una ganga, pero si muy apetecible. En una coqueta calle de uno de los barrios más céntricos de Madrid, ofertan un piso de 65 metros cuadrados. Piden 750 euros al mes». Las fotos parecen sacadas de una revista de decoración. Solicitan un mes de fianza, nóminas y más documentación.
Las posibilidades que el mercado ofrece para un presupuesto ajustado son muy limitadas. Pisos muy pequeños, con malos acabados y a precios demasiado altos. De vez en cuando uno destaca. No se sube mucho de precio, las condiciones no son estrictas y las fotos atraen. La desesperación tumba la desconfianza inicial. Llamas, pero no lo cogen. Mandas un mensaje de WhatsApp al número del anunciante.
En un rato llega la respuesta. Siempre por escrito. La avalancha de llamadas es tal, que el interlocutor te pide cierta documentación antes de ver el piso para comprobar tu solvencia económica. Las últimas nóminas, una copia del DNI y el ingreso simbólico de un euro en un número de cuenta. Quieren saber si vas en serio. Recopilas todo lo que te necesitan, abres la aplicación del banco y transfieres el euro. Nunca vuelven a llamarte. No contestan más emails. El anuncio desaparece, al igual que los datos que has facilitado. Con ellos tienen lo necesario como para pedir microcréditos a tu nombre.
Los alquileres fantasmas, como así podríamos denominarlos, se esconden en los principales portales inmobiliarios, detrás de esos pisos demasiado buenos, mucho mejores que el resto. La mayoría trata de suplantar la identidad de empresas de gestión inmobiliaria. Piden que envíes un correo electrónico a una dirección con el nombre de la empresa, cuando en realidad es una copia con un dominio Gmail o Hotmail, cuentan desde un portal. «Es muy fácil entrar», añaden.
La ausencia de noticias te hace sospechar. «En cuanto el usuario detecta que el anuncio es falso, no puede hacer mucho. No contestan. El número al que has enviado tus datos es de prepago. No deja rastro, apuntan.
Esta red de anuncios fraudulentos opera en Madrid, Barcelona, Costa Brava, Valencia, Alicante, Marbella o Málaga. Las víctimas poco puede hacer, pero si hay margen para evitar caer en la estafa.
El sector teme que esta práctica se incremente a lo largo de septiembre y octubre, meses habituales de aumento de contratos de alquiler y aconseja acudir a mediadores conocidos de confianza y reputación y a mediadores de seguros de impago de alquiler.
Para protegerse de este tipo de engaño, lo mejor es acudir a un profesional inmobiliario, con experiencia en el sector, conocidos de confianza y reputación, el cual te podrá enseñar el inmueble y podrás visitarla personalmente, así como el hecho de disponer de una red amplia de cartera del cual se podrá adecuar a tus necesidades personales y económica, entre sus múltiples ventajas.