Cuando vas a visitar un piso para alquilar, lo mejor es no ir con prisas. Pues se te pueden pasar por alto pequeños detalles que a la larga, si lo adquieres pueden suponer un problema. Desde Plan de Protección de Alquiler, te explicamos esos detalles que no tienes pasar por alto.
El precio, la ubicación, el número de habitaciones, la iluminación que entra en la vivienda. Muchos son los factores en los que nos fijamos a la hora de comprar una casa. Pero, a veces hay que centrarse en los pequeños detalles. Si el portal y el exterior de la vivienda son importantes. Imagínate si se te pasa por alto una grieta de la pared.
El suelo de la vivienda
No es tan solo si la calidad del suelo es buena o mala, sino la instalación de estos: que no hayan desniveles, que haya continuidad entre una estancia u otra, si el suelo tiene facilidad para mancharse o erosionarse como por ejemplo el mármol.
También hay que tener en cuenta dónde están situados, por ejemplo si una habitación está situada encima de un garaje, ésta suele ser fría, sobre todo en invierno porque no suelen estar bien aisladas. También hay que fijarse en las exteriores como terrazas y balcones, mirar que no haya partes que se encharquen.
Así como el mantenimiento del suelo: no es lo mismo tener un suelo de moqueta o de parqué que hay que cambiarlo más a menudo o tener un mantenimiento más constante, que tener baldosas que depende de si lo ves más anticuado o menos.
Tu futuro arrendador
Es muy importante conocer a la persona con la que tendrás el vínculo contractual durante el periodo del arrendamiento.
Es muy importante la parte no escrita basada en la confianza mutua pero si no se está de acuerdo no podemos olvidar que existe la Ley que nos ampara.
Todo por escrito, es conveniente que el contrato esté siempre por escrito. Por muy buena relación que tengamos con nuestro futuro casero es preferible que todo quede recogido en el contrato de la forma más detallada posible.
Comprobar la zona dónde está la vivienda. ¿Cómo es? ¿Demasiado ruidosa? ¿Y los vecinos? Preguntar al portero y dar una vuelta por la noche o en fines de semana puede ayudar. Es bueno saber quién es el propietario. Bastará una nota simple, que puedes pedir al casero, bastará para aclarar este punto. También debes comprobar cómo está la casa, si todo funciona: los electrodomésticos, la caldera… Empezar con todo en orden ya da ciertas garantías.
Duración del alquiler
Si la idea es un alquiler a largo plazo, hay que hablar con el casero para conocer la disponibilidad del piso. El final del contrato de alquiler será establecido entre el propietario y el o los inquilinos, siempre respetando que el inquilino debe tener asegurado el periodo mínimo que marca la ley.
Cuál es la fianza o el aval
¿El casero deposita la fianza en el organismo correspondiente? Esto es fundamental si el inquilino entra en los tramos que permiten ayudas de las Administraciones. Es importante, tanto para el casero como inquilino, a la hora de hacer la declaración de la renta.
¿Qué incluye el precio del alquiler?
Es necesario especificar mensualidad, día y forma de pago ¿Quién paga la comunidad, el IBI o el impuesto de basuras, si lo hubiera? Como esto es una decisión entre las partes, hay que ocuparse de que quede claro en el contrato de alquiler, así como el pago de suministros, si éstos se encuentran dados de alta, lo ideal es que estén a nombre del propietario y que el inquilino pague los gastos, facilitando su cuenta para domiciliar los mismos. O, si esto no es posible, que se cambie la titularidad. El contrato de arrendamiento debe reflejar quién asumirá los suministros básicos de la vivienda como la luz, gas o agua, que por norma general son a cargo del arrendatario. Si bien pocas personas toman la precaución de revisar, con anterioridad a la firma del contrato, los importes reales de estos servicios, ya que habitualmente sólo se facilita una cifra aproximada.
Mantenimiento de las instalaciones
La mayoría de los conflictos de los contratos de arrendamiento se generan cuando algún aparato o instalación se estropea en la vivienda. La Ley exige al propietario hacer las reparaciones necesarias para preservar y conservar la habitabilidad, excepto si las causas de ese deterioro son imputables al inquilino, o se derivan de un desgaste por el uso ordinario. Y es aquí donde puede surgir la polémica. Es por ello, muy importante la elaboración de un inventario, en el que se especifiquen todos los enseres y otros elementos que haya en la vivienda, apuntando también su estado, para evitar reclamaciones posteriores.