Home Staging, ideal para un seguro garantía de alquiler

Las estrategias de marketing en las operaciones inmobiliarias no conocen de límites. Tanto para la compra como para el alquiler de inmuebles, el sector se ha reinventado de una forma increíble. ¿El objetivo principal? Hacer sentir al cliente en todo momento la seguridad ante una operación de este calibre. Porque la transparencia, la sinceridad y el trato empleado son los pilares que, hoy por hoy, mantienen vivo el negocio inmobiliario.

Entre las nuevas herramientas para potenciar la visibilidad de los pisos y el éxito de las operaciones, nos encontramos con el denominado Home Staging. Se trata de un concepto inglés cuya traducción sería la puesta en escena de la casa. Su precedente lo encontramos en las técnicas de decoración que, tanto decoradores, inmobiliarias como los mismos propietarios, llevaban a cabo para conseguir un alquiler rápido. Los visionarios reconocieron en esta tarea un negocio fructífero, sobre todo como consecuencia de la inquietud por parte de propietarios y profesionales al no venderse o alquilarse una determinada propiedad. ¿Qué hacemos mal? ¿Qué solución dar para que nuestra vivienda tenga salida? Así nació y se acuñó este concepto.

El homestaging como nueva técnica de marketing inmobiliario.

Aunque en nuestro país todavía no está tan arraigado como en EE. UU. o Inglaterra, es verdad que las empresas que se benefician de esta técnica, han visto aumentar el éxito de sus alquileres o ventas de forma exponencial, así como acortar los tiempos de la gestión. Y es que, seamos realistas, si algo entra por los ojos, siempre será más fácil comercializarlo.

Hay que hablar en este caso de la abstracción de los espacios. Llegar a un lugar y crearte en la cabeza un concepto de lo que puede llegar a ser no es algo trivial, sobre todo si la decoración incluye muebles de antaño, sillas destartaladas y estancias desordenadas y sucias. El Home Staging nos facilita en gran medida este trabajo, consiguiendo explotar el atractivo de la vivienda y realzar sus puntos fuertes, minimizando de igual manera los débiles. Ojo, no consiste en esconder los defectos, sino de arreglarlos.

La despersonalización del lugar es uno de los principales pilares en los que se sustenta este concepto. A nadie le gusta entrar en una casa con pretensión de adquirirla y encontrarse fotos familiares que no le pertenecen. Tienen que convertirse en lugares neutrales que, independientemente del gusto que tengamos, puedan llegar a encajarnos. A esto habría que incluirle un amueblamiento low cost. No hace falta gastar cantidades ingentes de dinero para que un piso luzca bonito ni moderno. Además, piensa que los materiales y muebles que se empleen ahora, siempre se podrán reinvertir en futuros pisos. Por último, habría que acompañar todo esto de unas buenas fotos. Por mucho que hagamos un excelente trabajo, si no sabemos transmitirlo de nada habrá servido y, para esto, la calidad de las fotos, así como su tratamiento posterior, será un reclamo perfecto para el cliente.

En definitiva, no hay nada más seguro que la garantía de un alquiler o venta eficaz, transparente y sin sobresaltos. Todo destinado a la fidelización del cliente final.

 



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