¿Qué es mejor, vender un piso o arrendarlo con un alquiler seguro?

¿Eres agente inmobiliario y no sabes qué aconsejar a tus clientes, si vender o alquilar? ¿Acabas de heredar una casa y no tienes claro cuál es la mejor inversión? A continuación, te mostramos los factores que determinan el precio de un inmueble, para que valores si te merece la pena poner a la venta esa propiedad o decantarte por arrendarla mediante un alquiler seguro.

Para empezar, ten presente que una tasación correcta de la vivienda es el camino más corto hacia el comprador/arrendatario, ya que este también es consciente de la situación real del mercado. Los factores más importantes a tener en cuenta son: el estado del inmueble, sus características, las posibles reformas que pueda necesitar, la ubicación y la eficiencia energética del mismo. También es recomendable hacer un estudio del precio del alquiler para un piso de similares características en la zona.

Veamos ahora estos puntos en detalle. Empecemos con el tipo de vivienda. Efectivamente, no es lo mismo un chalé que un piso, como tampoco es lo mismo un adosado que un ático. Aunque esto no determina el precio por sí mismo, ya que el comprador suele dar más importancia a la ubicación y a la superficie construida que al tipo de vivienda. Y ya sabemos que el precio de cualquier producto depende en gran medida de la demanda.

Precio del metro cuadrado

Otro aspecto interesante en relación con la ubicación del inmueble es dónde se encuentra geográficamente y en relación con otras construcciones. Las casas aisladas suelen tasarse a precios más bajos que las que están bien comunicadas. Del mismo modo, en los bloques de pisos la altura puede ser un factor determinante. Por mencionar solo un par de ejemplos, el precio puede variar enormemente dentro del mismo edificio en función del aislamiento acústico si el piso está cerca de la calle o de si hay ascensor o no si se trata de un piso alto.

También en relación con el entorno, debes tener en cuenta si cerca de la vivienda hay servicios como aparcamientos gratuitos, colegios, centros de salud, tiendas, acceso al transporte público, etc. Nuevamente, estos son factores que influyen mucho en la demanda.

Y ahora vamos a fijarnos en la vivienda en sí. ¿Cuántas habitaciones tiene? ¿Cómo están distribuidas? ¿Es fácil hacer reformas si se requiere? Y, por cierto, ¿cuál es el año de construcción del inmueble? ¿Se han llevado a cabo obras de mejora con anterioridad? ¿Cuál es el nivel de eficiencia energética? En fin, todas estas preguntas son las que se haría un eventual comprador, así que mejor darles respuesta y tasar de acuerdo con la realidad.

Por otra parte, estos son los mismos factores que debes tener en cuenta a la hora de decidir el precio del alquiler. Una recomendación: no valores la venta solo por temor a que el arrendamiento te traiga problemas de impagos o desperfectos en la casa. Hoy en día, hay muchas formas de alquiler seguro, como los seguros de impago de alquiler o los alquileres avalados por las administraciones públicas



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